El
gorrión terminó de descansar y continuó con su camino. Cuando llegó vio a una mujer que estaba regando las plantas y un niño que estaba
jugando con su perro, el gorrión se acercó a la mujer y la mujer le
cogió la nota de su pata y se dio cuenta de que era de su marido.
Ella cogió el coche y se fue a la cárcel donde estaba su marido,
cuando llegó estaban a punto de que lo matasen y ella le dijo que se
quedasen quietos porque el era inocente. Desde ese día el gorrión y
esa querida familia vivieron juntos.
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